El extremado calentamiento del planeta como consecuencia de las emisiones de gas con efecto invernadero, hace que las etapas con ausencia de hielo sean más prolongadas, con lo cual, escasea el alimento primordial de los osos polares, como son las focas, de donde obtienen la grasa necesaria para sobrevivir.
Las hembras no pueden producir la cantidad de leche suficiente para alimentar a sus crías, lo cual pone en peligro la población juvenil de estos mamíferos carnívoros, que, en el caso de los adultos, con un 20% menos del peso normal, sólo podrían sobrevivir un ayuno no más allá de 125 días.
En la zona del polo ártico, el proceso de calentamiento es dos veces más rápido que en el resto del planeta, por lo que, si se mantiene el calentamiento global en esos niveles, los osos polares podrían extinguirse hasta el año 2100.