La policía logró desarticular una banda bien organizada de estafadores que, aprovechándose de la desesperación de los ciudadanos, ofrecían trabajo a través de las redes sociales. La organización delincuencial tenía su base de funcionamiento en Quito y utilizaban plataformas como OLX, Mercado Libre y Facebook.
Anunciaban la oferta laboral tomándose el nombre de funcionarios ficticios y usando la fachada de una empresa legalmente constituida, a donde los incautos acudían para entregar documentos, hojas de vida y cantidades de dinero que oscilaban entre los 500 y los 2000 dólares.
17 julio, 2020