En un contraste total, frente a la brillante presentación que había tenido Barcelona, en las fases previas a la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, dio un paso en falso al enfrentar a Independiente del Valle que, demostrando enorme jerarquía, se adueñó del Estadio Monumental y venció al Ídolo, por tres goles a cero.
Con un marco de público que, en un número aproximado de 20.000 personas, llegó para apoyar al equipo de sus amores, Barcelona demostró una inferioridad absoluta, frente al equipo de Sangolquí que se perfila como uno de los equipos más sólidos en la competencia internacional.
Barcelona terminó con 10 hombres en la cancha, en virtud de la expulsión del lateral Pineida que recibió la tarjeta roja como consecuencia de una acción extremada frente un elemento del equipo rival. La hinchada no pudo ocultar la gran decepción que experimentó al ver caer a su equipo, en propia cancha y sin atenuantes.