La, aparentemente interminable, protesta social en Chile, se le escapó de las manos al gobernante derechista Sebastián Piñera, quien n o encuentra fórmula de transacción con los movimientos sociales y organizaciones sindicales que mantienen convulsionadas las calles de las principales ciudades del país.
Como un caballo desbocado, los disturbios no cesan y, en cambio, la aceptación del presidente chileno va en caída libre hasta el punto de haber alcanzado el nivel del 6% apenas. La mayoría de la población rechaza el orden establecido y exige reformas estructurales que rebasan la expectativa de un cambio constitucional.
5 febrero, 2020