Lo que había calculado antes de realizarse la votación para decidir su destitución, se le hizo realidad. Dijo que le querían “cortar la cabeza” y, efectivamente, se la cortaron, pero no con ausencia de razones.
Las denuncias de ex colaboradores de la, ahora también ex asambleísta Norma Vallejo, fueron numerosas y contundentes, incluyendo el audio en el que se pudo apreciar un diálogo en el que recomendaba el pago del diezmo, pero con mucha discreción.
Además, fue acusada de gestionar cargos públicos para sus colaboradores, a los cuales, se podía fácilmente deducir, les cobraría el correspondiente diezmo, con los que, acomodaba su presupuesto mensual. Lo cierto es que, con el voto de 89 legisladores, Normita dejó la Asamblea.