Después de conocer la resolución de la jueza Daniela Camacho, de llamarlo a juicio por el plagio del político Fernando Balda, el ex Presidente Rafael Correa volvió a declararse como un perseguido político y sostuvo que es víctima de la más grande traición de la historia del Ecuador y de América Latina.
Recordando lo que le “hicieron a Lula”, dijo que “el mundo no reacciona” y que presentarse ante la Corte no sería enfrentar la justicia, sino enfrentar una verdadera masacre por el odio político.
Como dice un antiguo bolero: “tal vez sería mejor que no volvieras”, porque la reacción del pueblo ecuatoriano sería de incalculables consecuencias, lo cual resulta mejor, ni siquiera pensarlo.
Sin embargo, Correa no podrá ser enjuiciado mientras se encuentre ausente del país. El mismo estilo de otros políticos que se autoexiliaron hasta la prescripción de la acción y volvieron como si nada hubiera pasado.