Una turba de cientos de ciudadanos enardecidos por la propalación de un rumor que insinuaba el probable secuestro de cuatro niños en la parroquia Posorja, terminó en una carnicería brutal con el saldo deplorable de tres ciudadanos (2 hombres y 1 mujer) muertos, quemados y destrozados en la vía pública.
Las víctimas habían sido detenidas por el robo de un celular y 200 dólares por lo que guardaban arresto en la Unidad de Policía Comunitaria de Posorja. La presunción de secuestro y violación se fue regando en el pueblo que reaccionó con violencia colectiva.
Los descontrolados habitantes de la parroquia procedieron a quemar un taxi; las motocicletas de la policía; y trataron de incendiar el local de la UPC, al mismo tiempo de tratar de sacar a los detenidos. El disminuido contingente policial fue impotente ante la impetuosidad de los enajenados que terminaron sacando a los detenidos para quemarlos, atacarlos con porras, golpes de puño y puntapiés hasta el fallecimiento de los mismos.