Las protestas crecen y la represión brutal del gobierno sandinista de Daniel Ortega se desborda. La capital Managua vive momentos de angustia e indignación frente a los últimos acontecimientos que dejan en muy mala posición al gobernante izquierdista.
Este lunes, el representante diplomático del Papa Francisco, el cardenal Leopoldo Brenes y su obispo auxiliar, Silvio José Báez, fueron atacados por hombres encapuchados que obedecían órdenes del Presidente nicaragüense.
No hubo respeto para el lugar sagrado (Iglesia) en donde se encontraban los religiosos en el momento de la agresión. Tampoco se respetó la alta investidura eclesiástica de los prelados católicos. La situación es insostenible y amplios sectores piden la intervención de la comunidad mundial. Ya son 309 muertos y miles de heridos, los que resultan de la represión oficial.