Recordando una de las trilladas frases de aquel que no supo comprender ni lo que él mismo decía, hoy estamos frente a una “época de cambios”
Sólo cinco años duró el antojo de 108 asambleístas que, contra viento y marea; y, acatando las órdenes emanadas desde Carondelet, nos impusieron una Ley Orgánica de Comunicación que se convirtió en la peor y más represiva expresión de la Revolución Ciudadana.
La Ley de Comunicación, más conocida como la “Ley Mordaza” creó la figura del linchamiento mediático para detener y disolver toda manifestación de disenso por parte de la ciudadanía.
También creó la Superintendencia de Comunicación, para intimidar, coartar y desvanecer todo intento de manifestación contraria a los afanes del gobierno, a través de los medios.
Ahora, la Asamblea Nacional con otra correlación de fuerzas, irá al análisis de las reformas que son una exigencia popular, porque la expresión del pensamiento es tan natural y consustancial al ser humano, como el aire, el agua, la vida.